En las últimas horas hemos podido saber que la FIA deja finalmente al proyecto americano USF1 fuera de la lista para el mundial, quedando inscritos 12 equipos y 24 coches. Un varapalo más para los equipos que fueron aceptados para su ingreso en la Fórmula 1.
Al conocer la noticia me vinieron a la mente las declaraciones vertidas no hace mucho desde Ferrari y que todos los medios recogieron ("Ferrari arremete contra los nuevos equipos") en las que atacaba con dureza. Pudo parecer una actitud prepotente y poco constructiva por parte de la Scudería, pero en mi opinión el tiempo le comienza a dar la razón.
Y es que desde que el año pasado estuvo a punto de entrar la norma de Moxley (ex-presidente de la FIA) sobre la limitación de presupuesto, Ferrari anda bastante enfadado con la competición. El límite presupuestario (que llegó a proponerse hasta en los 60 millones de euros) está orientado en beneficio de los equipos pequeños y en contra de los grandes de la categoría (Ferrari, McLaren, Williams... acostumbrados a invertir mas de 200 millones de euros. Esto unido a la entrada masiva de equipos que no pasan de ser proyectos desvirtúan la competición a ojos de Ferrari, y de muchos aficionados, entre los que me incluyo.
Si hay un equipo que ha defendído la pureza de la competición y el avance tecnológico ese es sin duda Ferrari. Necesitan enfrentarse a grandes marcas y proyectos serios firmemente respaldados, como por ejemplo fueron en su día Benetton, Jordan o Minardi. De hecho en 1986 amenazó con marcharse a la Indycar e incluso fabricaron el Ferrari 637 (ver en foto); hoy la sombra de Le Mans también amenaza.
Lo que hoy tenemos es ilusión y poco más. USF1 se queda fuera, Campos Meta ha sufrido pero estará, eso sí, con otro nombre y sin hacer una sola prueba, por no hablar de Virgin, sin túnel de viento, destinado a darse de cabeza contra la competición. La FIA debería cambiar su estilo de selección, dejando el "colegueo" y el "enchufismo" de Ecclestone, para apostar por proyectos de verdad como fue el de Epsilon.
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